Smart Cities que nacen desde sus edificios: por qué la construcción inteligente marca el futuro urbano

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En un escenario de urbanización acelerada y crisis climática, pensar en smart cities exige revisar a fondo cómo se diseñan, construyen, operan y rehabilitan los edificios que las conforman. Aunque las ciudades ocupan menos del 1% del territorio del planeta, consumen entre 75 y 80% de la energía mundial, y sus edificaciones concentran alrededor del 40% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

Frente a este desafío, la transición hacia entornos urbanos sostenibles demanda modelos constructivos más circulares, eficientes y digitalizados, capaces de minimizar impactos ambientales y aumentar la resiliencia. La cuestión ya no es solo crecer, sino hacerlo con tecnología, inteligencia ambiental y visión de largo plazo.

La evolución del concepto de edificio inteligente

Aunque la idea de “edificio inteligente” no es nueva, su alcance se ha ampliado drásticamente. Hoy no se trata únicamente de operar mejor o gestionar recursos con mayor eficiencia, sino de integrar sostenibilidad desde el proceso constructivo. Un edificio inteligente es una estructura concebida para adaptarse en tiempo real, apoyándose en tecnologías como inteligencia artificial (IA), Internet de las Cosas (IoT), automatización, big data y domótica, que permiten una administración integral y automática de todos sus sistemas.

Un sector en punto de inflexión

En este contexto, Pilar Conesa —curadora del Smart City Expo World Congress— señala que el mercado inmobiliario global atraviesa un momento decisivo. Desde el Tomorrow Building, en Barcelona, subraya que la industria está replanteando métodos tradicionales y avanzando hacia materiales renovables como la madera, procesos de industrialización para reducir tiempos y costos, y desarrollos más accesibles en términos económicos y sociales.

“Seguimos construyendo como hace cien años”, advierte. Por eso impulsa la necesidad de industrializar la vivienda, adoptar soluciones modulares y aprovechar la tecnología para acelerar la producción, bajar costos y ampliar el acceso a hogares dignos. Este enfoque —señala— también es urgente para México, donde persisten la vivienda informal y la falta de urbanismo inclusivo.

Legalizar lo existente, transformar estructuras ineficientes y construir bajo el principio del derecho a la ciudad es la ruta que propone. La innovación no es un fin en sí mismo: es la vía para garantizar viviendas bien ubicadas, resilientes y accesibles para toda la población.

En este marco, la vivienda inteligente se vuelve un pilar clave de cualquier Smart City: edificaciones sostenibles, adaptables, construidas con estándares ambientales y diseñadas para responder a las necesidades actuales y futuras.

Tecnología que transforma la construcción

La directora del Tomorrow Building World Congress, Ione Ruete, lo resume así: “Hasta hace pocos años el sector de la construcción ha sido uno de los más tradicionales y reacios a la innovación. Hoy está en plena transformación, en continuo desarrollo de innovaciones y en búsqueda de nuevas soluciones… queremos catalizar este cambio y contribuir a una nueva manera de construir edificios y ciudades donde se viva mejor y de forma más sostenible”.

Y es que la tecnología está revolucionando la construcción a un ritmo sin precedentes. Herramientas como la impresión 3D, el IoT, los drones, la realidad virtual (RV), el Building Information Modeling (BIM), los Digital Twins y nuevos materiales están modificando todas las etapas: desde la planificación hasta la ejecución.

Tecnologías clave que definen a los edificios inteligentes

  • IoT y sensores: Recopilan datos en tiempo real (temperatura, humedad, ocupación, calidad del aire). Esto permite ajustes automáticos que pueden reducir el consumo energético hasta en un 15% y los costos de mantenimiento en un 25% mediante mantenimiento predictivo.
  • Inteligencia artificial: Aprende de patrones, ajusta climatización, iluminación y ventilación en tiempo real y mejora la eficiencia general del edificio.
  • Automatización avanzada: Ajustes automáticos según preferencias de usuarios y condiciones externas, anticipando necesidades de ventilación, iluminación o seguridad.
  • Análisis de datos: Procesamiento masivo de información para decisiones más precisas, aumentando eficiencia energética y operativa.
  • Plataformas de gestión integral: Conectan sensores, sistemas y datos históricos para visualizar el estado general del edificio y gestionar todo en tiempo real.

Impacto en el real estate

El mercado global de edificios inteligentes alcanzaría los 570 mil millones de dólares (mdd) para 2030, con una tasa de crecimiento anual del 28.5% entre 2024 y 2030. En Latinoamérica, el sector registró 5 mil 730 mdd en 2023 y se proyecta un crecimiento del 12.5% entre 2024 y 2032, hasta llegar a 16 mil 470 mdd, según el informe Perspectiva del Mercado Latinoamericano de Edificios Inteligentes.

La evolución hacia Smart Cities transformará profundamente el mercado inmobiliario, abriendo oportunidades y también desafíos. La integración tecnológica puede elevar costos iniciales o generar resistencia cultural, por lo que se requiere colaboración entre desarrolladores, gobiernos y usuarios.

Como tendencia, crecerá la demanda de hogares inteligentes, especialmente entre millennials de mayor poder adquisitivo, atentos a conectividad y eficiencia energética. Los centros comerciales incorporarán más tecnología para optimizar la experiencia de compra y la gestión de inventario. Y los desarrollos de uso mixto ganarán protagonismo por su conveniencia y optimización del espacio.

Beneficios para las ciudades y el sector inmobiliario

Los edificios inteligentes pueden reducir hasta 30% del consumo energético mundial, gracias a sistemas automatizados que ajustan climatización, iluminación y ventilación según ocupación y condiciones ambientales.

Otros beneficios clave:

  • Reducción de emisiones: Contribuyen al 26% menos de emisiones globales relacionadas con la energía.
  • Integración de energías renovables: Baja la huella de carbono.
  • Uso eficiente de recursos: Optimización del consumo energético e hídrico.
  • Mayor confort y bienestar: Sistemas que ajustan luz, calidad del aire y temperatura en tiempo real.
  • Mantenimiento preventivo: Mayor vida útil de los sistemas y menor costo de reparación.
  • Plusvalía superior: La innovación tecnológica y la eficiencia atraen a perfiles de alto poder adquisitivo.

Nuevas fronteras: seguridad, acceso y experiencia del usuario

La digitalización del acceso redefine la experiencia en edificios inteligentes:

  • Identidades digitales: Refuerzan seguridad y eficiencia operativa.
  • Mobile Access: Elimina tarjetas físicas, reduce residuos y mejora la experiencia.
  • Billeteras digitales: Centralizan credenciales, combinan tecnologías inalámbricas (Bluetooth, NFC) y permiten biometría.
  • Identidad como servicio (IDaaS): Integra IA, machine learning e IoT para gestión dinámica de identidades y detección de amenazas.
  • Acceso sin contacto: Smartphones y wearables como llaves digitales con cifrado avanzado.

Los edificios inteligentes están redefiniendo cómo vivimos, trabajamos y nos movemos dentro de las ciudades. A través de tecnología, datos y diseño sostenible, se convierten en piezas fundamentales del ecosistema urbano del futuro.

Fuente: Real Estate Market

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