Investigadores de la Universidad de Cambridge están liderando esfuerzos para reducir la huella ambiental del sector de la infraestructura, responsable del 7,5% de las emisiones globales de carbono.
El cemento, un material fundamental para la construcción, se destaca por ser práctico, accesible y económico. Cyrille Dunant, científico de materiales de la Universidad de Cambridge, lo define como “un puñado de suciedad”. Pero esta “suciedad” es mucho más que eso: es un componente esencial del hormigón, la base de gran parte de las edificaciones en el mundo.
De acuerdo con Dunant, cada año se producen cerca de cuatro mil millones de toneladas de hormigón, convirtiéndolo en la segunda sustancia más utilizada en el planeta después del agua. Esta mezcla de arena, roca, agua y cemento se sostiene gracias a este último, que actúa como el adhesivo que une los componentes. Sin embargo, el cemento también presenta un desafío significativo: genera el 90% de las emisiones de carbono vinculadas al uso del hormigón.