Por Carlos Rousseau, Founder I Investor I Visionary
La industria inmobiliaria tiene grandes responsabilidades en la carrera de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030. Las ciudades —gobiernos, universidades, científicos, empresas y sociedad civil— necesitan impulsar un desarrollo más sostenible que solo es posible con políticas públicas, organización, participación y tecnología verde.
El espacio urbano es el punto de encuentro de la innovación, la creatividad, el desarrollo y la producción económica. Así ha sido desde el comienzo de las primeras ciudades.
Pero esta versión de la ciudad que heredamos de la etapa industrial y que todavía está vigente en muchos puntos del planeta, ya es tiempo de que ceda el paso a una ciudad sostenible, resiliente e inteligente que todos necesitamos.
Entonces, tenemos por delante algunas certezas que ya son inocultables:
1. Vamos a fallar en el logro de la mayor parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados en la Agenda 2030.
2. Las ciudades van a seguir creciendo. La ONU señala que en la actualidad el 54% de la población mundial vive en áreas urbanas y se estima que para 2050 se incrementará a un 66%.
3. La investigación, la ciencia y la tecnología son la vía para lograr el equilibrio entre el crecimiento urbano y desarrollo sostenible, en las manos de las personas.
Muchas ciudades en el mundo ya han avanzado en la implementación Greentech, Climatetech y otras tecnologías están mejorando el impacto de la vida urbana sobre el entorno natural. Incluso hay las que tienen una repercusión regenerativa, lo que es muy positivo.
Sin embargo, no todo se trata de tecnología. El avance también incluye innovación y creatividad para la solución de los problemas más apremiantes de las ciudades; así como organización social y política.
Ciudades que destacan en el uso de tecnologías verdes
La ciudad inteligente es que aquella que tienen enorme red de conexiones, conectividad y sistemas que permiten enfocar y optimizar el consumo de recursos urbanos. Al mismo tiempo, se pueden implementar procesos de prevención, reciclaje, reutilización y regeneración de los efectos externos negativos de la vida urbana.
Por lo tanto, la Smart City es, por definición y funcionamiento, una ciudad sostenible. Tiene que serlo. En el mundo hay ejemplos notables de ciudades que están impulsando y, sobre todo logrando, excelentes resultados en su propósito de ser más sostenible y resiliente.
Hay numerosas ciudades de América, Europa y Asia que tienen valiosos alcances en materia de implementación de sistemas inteligentes y políticas de sostenibilidad urbana, que nos pueden inspirar. Por su puesto, están las urbes que todos reconocemos con grandes protagonistas de estos listados, como son Londres, Nueva York, París, Tokio, Reikiavik, Copenhague, Berlín, Ámsterdam, Singapur o Dubái.
Sin embargo, esta vez quiero enfocarme en una selección de ESI ThoughtLab, que me resultan especialmente significativas, por las lecciones que pueden mostrarnos.