El comercio global de tecnologías y componentes que habilitan la Inteligencia Artificial (IA) alcanzó 2.9 billones de dólares en 2022 y 2.3 billones de dólares en 2023, según el Informe sobre el Comercio Mundial 2025 de la Organización Mundial de Comercio (OMC). En este contexto, México se posiciona como el octavo mayor exportador de este tipo de bienes, con ventas al exterior que sumaron 100,000 millones de dólares en 2022.
El reporte incluye productos clave para el desarrollo de la IA como dióxido de silicio, galio, germanio, circuitos electrónicos integrados, semiconductores y computadoras. China lidera ampliamente el listado con exportaciones superiores a los 700,000 millones de dólares, seguida por Taiwán (500,000 millones), Corea del Sur (casi 300,000 millones), la Unión Europea (más de 200,000 millones) y, en rangos cercanos a los 200,000 millones, Estados Unidos, Japón y Malasia.
Si bien regiones consolidadas como la Unión Europea, Estados Unidos y Japón continúan siendo proveedores fundamentales de insumos y equipos intermedios para la IA, su crecimiento ha sido más moderado en comparación con economías emergentes. El informe destaca que Malasia, México, Vietnam y Tailandia han acelerado su participación en el comercio de estos productos, consolidándose como nuevos polos manufactureros para la industria tecnológica.
Las importaciones de bienes relacionados con la IA también han mostrado un aumento sostenido desde 2012, impulsadas principalmente por los insumos intermedios, cuya demanda creció con fuerza entre 2017 y 2022 antes de disminuir en 2023. La OMC atribuye esta baja a posibles restricciones comerciales, cambios regulatorios, ajustes en la capacidad de exportación o compras estratégicas previas.
La demanda de equipos de alto rendimiento, incluidos semiconductores y computadoras, mantiene su tendencia al alza, mientras que el papel de las materias primas y productos químicos procesados sigue siendo limitado pero crucial dentro de la cadena de valor de la IA.
Ngozi Okonjo-Iweala, directora general de la OMC, subraya que “la IA tiene un enorme potencial para reducir los costos comerciales e impulsar la productividad, así como para crear nuevas vías para la producción y exportación de servicios”. De acuerdo con simulaciones del organismo, el uso de la IA podría incrementar el comercio global de bienes y servicios en casi 40% para 2040.
Sin embargo, la OMC advierte que el avance tecnológico también podría profundizar desigualdades. Okonjo-Iweala señala que “los efectos del desarrollo y la implementación de la IA están suscitando la preocupación de que muchos trabajadores, e incluso economías enteras, podrían quedar rezagados”. Destaca que, aunque la globalización generó grandes avances en las últimas décadas, no todos los sectores y regiones se beneficiaron por igual.
El informe plantea una pregunta clave: ¿la IA actuará como un catalizador de crecimiento inclusivo impulsado por el comercio o ampliará las brechas económicas? Para la OMC, el comercio internacional es un habilitador esencial para garantizar un acceso equitativo a la tecnología, fomentar la innovación y abrir nuevas oportunidades de desarrollo. Pero para que este potencial se materialice, el organismo enfatiza la necesidad de cerrar las brechas digitales, invertir en capacitación laboral y promover marcos regulatorios coherentes.
Fuente: El Economista