Por ** Germán Rueda
Durante mucho tiempo, comprar una propiedad implicaba recorrer listados genéricos, enfrentarse a trámites complejos y tomar decisiones con información incompleta. Hoy, gracias a los avances tecnológicos, especialmente a la inteligencia artificial (IA), esta experiencia se está transformando por completo.
La IA está permitiendo al rubro inmobiliario avanzar hacia dos grandes objetivos: mejorar la personalización para cada cliente y agilizar los procesos operativos, lo que se traduce en mayor rentabilidad. Este cambio no busca reemplazar a los actores tradicionales del sector, sino complementarlos y darles nuevas herramientas para responder con más agilidad a las necesidades del mercado.
Antes, el proceso de búsqueda de una vivienda era largo, tedioso y muchas veces ineficiente. Ahora, gracias a los modelos de inteligencia artificial, es posible anticiparse a las preferencias del comprador, reducir el tiempo de decisión y aumentar las probabilidades de conversión. De hecho, un estudio de McKinsey indica que los algoritmos de personalización pueden incrementar entre un 10% y un 15% las tasas de conversión en industrias como la inmobiliaria.