El análisis más reciente de JPMorgan Private Bank proyecta que, hacia 2026, la arquitectura económica mundial experimentará un giro profundo en el que América Latina —particularmente América del Sur— se transforma en un actor central para sostener la transición energética, tecnológica y comercial que está redefiniendo al planeta.
Según el informe, en un contexto internacional marcado por mayor fragmentación y tensiones entre Estados Unidos y China, la región destaca no solo por su abundancia de recursos, sino por una combinación de ubicación geográfica, vínculos comerciales y desarrollo de infraestructura que la convierte en un punto crítico para los portafolios globales.
“América del Sur posee muchos de los insumos críticos de los que depende la economía mundial”, señala el banco, especialmente en un momento donde la revolución de la inteligencia artificial (IA) y la transformación de las cadenas de suministro incrementan la necesidad de minerales estratégicos y energía.
Recursos esenciales y un delicado equilibrio geopolítico
A pesar del complejo escenario global, los países suramericanos mantienen una doble integración comercial: conservan sólidos vínculos con Estados Unidos mientras profundizan su relación con China, hoy ya un socio dominante en varios mercados.
Pero más allá de las alianzas, lo que posiciona a la región es su control sobre recursos imprescindibles para industrias de alta tecnología:
- 40% de la producción mundial de cobre y 38% de las reservas globales.
- Chile, que aporta 27% de la producción mundial, es clave para expandir tecnologías basadas en IA.
- Perú posee las mayores reservas de plata del planeta y México encabeza su producción global.
- En litio, fundamental para baterías y vehículos eléctricos, Chile y Argentina ocupan el primer y tercer lugar mundial.
JPMorgan remarca que “la revolución de la inteligencia artificial acelera la necesidad de minerales críticos”, por lo que esta ventaja geológica adquiere aún más relevancia.
El potencial energético también es diverso: Venezuela sigue liderando en reservas probadas de crudo, Brasil es el principal productor petrolero regional y segundo exportador mundial de hierro, mientras Argentina vuelve a recibir atención internacional por el desarrollo de Vaca Muerta.
Infraestructura y logística para un comercio más resiliente
El reacomodamiento del comercio global exige rutas y sistemas logísticos más robustos, y la región viene fortaleciendo esas bases: la ampliación del Canal de Panamá, la modernización de puertos en Brasil y las inversiones en trenes y carreteras consolidan a América Latina como un puente natural entre Asia y Estados Unidos.
Este avance es clave para el nearshoring y para absorber parte del rediseño de las cadenas de suministro impulsado por la demanda de industrias tecnológicas.
Dólar, oro y activos alternativos: señales del reordenamiento financiero
El informe también examina el rol del dólar en un escenario fragmentado. Aunque surgen discusiones sobre desdolarización, JPMorgan subraya que la moneda estadounidense continúa dominando:
- 60% de las reservas globales
- Cerca de la mitad de las transacciones vía SWIFT
- La mayoría de las operaciones cambiarias mundiales
Sin embargo, el uso del dólar como instrumento de sanciones ha impulsado a muchos países a acelerar la diversificación de sus reservas. Desde 2024, los bancos centrales incrementaron fuertemente la compra de oro, con un aumento acumulado superior al 50% en 2025, tendencia que podría extenderse en 2026.
Las criptomonedas también ganan peso, con una capitalización que supera los US$4 billones.
Este panorama abre la puerta a estrategias que combinan oro, bitcoin, stablecoins y monedas no estadounidenses.
Inversiones hacia 2026: tecnología, seguridad y recursos críticos
Para los próximos dos años, JP Morgan identifica tres ejes clave: resiliencia, seguridad y alineación regional. Bajo estos pilares, el banco destaca oportunidades en:
- Infraestructura y transporte
- Energía y servicios públicos
- Semiconductores
- Minerales críticos
- Activos ligados a riesgos geopolíticos
El informe señala que la relocalización industrial impulsará especialmente a América del Norte, mientras Asia mantendrá su dominio en manufactura. Para los portafolios internacionales, la recomendación es clara: elevar la exposición a regiones con abundancia de recursos estratégicos y capacidad para integrarse en redes productivas multinodales.
Asimismo, JPMorgan prevé que los recortes de tasas de la Reserva Federal favorecerán a los activos de riesgo y prolongarán el ciclo positivo de las acciones globales, nuevamente lideradas por el sector tecnológico. La entidad también descarta la existencia de una burbuja.
Un nuevo orden económico con América Latina en el centro
La conclusión del informe es contundente: la fragmentación global abre desafíos, pero también crea una ventana de oportunidades inéditas para América Latina. Su peso en recursos críticos, su papel energético y su infraestructura en expansión la posicionan como una pieza esencial para el abastecimiento mundial.
A medida que el mundo redefine rutas, alianzas y capacidades productivas, la región deja de ocupar un rol periférico para convertirse en un componente estratégico del nuevo mapa económico.
Fuente: Revista Mercado



