Para nadie es un secreto que la pandemia ha acelerado el proceso de adaptación digital de los usuarios, desde las compras más básicas del hogar hasta… bueno, ¡el hogar mismo!
La adaptación digital es tan alta que ya vemos adultos mayores realizando transacciones bancarias online, compras en Rappi y conociendo a la perfección (si han visitado algún restaurante) términos como: “¿Donde está impreso el código QR para ver la carta?”.
Entremos en materia, nos guste o no la virtualidad llegó para quedarse, y es que debemos tener en cuenta que ahora el usuario no es digital por la pandemia, el usuario es digital porque cambió sus hábitos en los canales de consumo.